El trabajo contó con la participación de 16 hombres con hipertensión de origen desconocido sin tratar, a los que se administraron 2,5 miligramos de melatonina una hora antes de dormir o bien un placebo (sustancia inocua empleada para comprobar la eficacia de una fármaco) durante un periodo de tres semanas. Después se comparó el efecto del tratamiento de tres semanas con la administración de una dosis aislada en un solo día.
Los resultados indicaron que los pacientes que tomaban melatonina de forma continuada tenían una presión sistólica nocturna hasta 6 mm Hg más baja de lo habitual y una presión diastólica al menos 4 mm Hg menor. Asimismo, estos participantes mejoraron su calidad de sueño. Las dosis únicas o aisladas de melatonina, sin embargo, no tuvieron efecto alguno sobre la presión arterial.
Los datos demuestran que el mecanismo del reloj biológico está implicado en la reducción de la presión arterial, por lo que los investigadores no descartan que la mejora del sueño de manera sostenida pueda reducir las cifras de presión.
El efecto de la melatonina sobre la presión arterial podría deberse a la capacidad que tiene esta hormona para regular el reloj biológico del organismo. “Las personas que tienen hipertensión suelen presentar niveles bajos de melatonina durante la noche. Asimismo, hemos descubierto que los relojes biológicos de estas personas no funcionan correctamente. A pesar de este hallazgo, las personas con hipertensión no deben emplear melatonina sin control médico”, explica Frank Scheer, coordinador del trabajo.
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